En el interior de la iglesia, de estilo como ya hemos comentado gótico u ojival, destacan un retablo barroco, del siglo XVIII y
el sepulcro gótico de D. Juan Ramírez de Báscones.
El retablo está distribuido en tres cuerpos divididos por columnas y baldaquinos platerescos. En él podemos contemplar la
imagen de la Virgen del Rosario y del patrón del pueblo, San Sebastián, así como las de San Pedro y San Bernardo y San Jerónimo.
Don Juan Ramírez de Báscones, Señor de la Villa, costeó la fabricación del altar mayor de la Iglesia así como otras obras de la
misma, motivo por el cual a la izquierda del altar podemos admirar su sarcófago, fechado a principios del siglo XVI.

En la tapa aparece el yacente vestido con armadura y espada, mientras que en el frente de la caja aparecen motivos heráldicos y
una inscripción funeraria en la que se puede leer:

“Aquí yace el honrado Juan Ramírez de Báscones”