Según recuerdan las personas de más edad del pueblo, en el año 1975 el actual altar estaba situado en una nave lateral contigua a la existente actualmente y su lugar lo ocupaba otro, acabado en el año 1464, fecha que aparece grabada en el mismo y que debido a su extraordinario valor e importancia fue trasladado, pese a la manifiesta oposición de los vecinos, al Museo Diocesano de Palencia junto a otros tres de más reducido tamaño pero iguales en valor, entre los que se encontraba un monumental Cristo Yacente, un altar en honor a San Roque y otro a la Virgen del Rosario. Actualmente se encuentran en dicho Museo.
El Altar Mayor tenía imágenes de los Cuatro Evangelistas y varios relieves relacionados con la vida de Jesús como la Huida a Egipto, los Santos Inocentes, la Anunciación, la Presentación y su Nacimiento, además de las imágenes de la Virgen Dolorosa, la Virgen Madre y la Virgen coronada como Reina de todo lo creado.
Remataba el retablo la imagen de Dios Padre con una brillante bola dorada.
La nave lateral fue destruida, su puerta de acceso tapada y el altar que la presidia pasó a ocupar el lugar del primigenio en la nave actual. El terreno que dicha nave ocupaba se ha destinado a ampliar el pequeño cementerio situado en el exterior de la Iglesia.
Hace años, el Río Ibia discurría por el centro del pueblo. A ambos lados del mismo existieron dos lavaderos y un molino del mismo propietario que otro similar existente en el vecino pueblo de Pomar y muy utilizado por los vecinos del pueblo y de los alrededores. Actualmente el Río está canalizado por el exterior del pueblo.